
Por María José Armándola, embajadora de la marca CKEA BEAUTY
“Nos guardamos. Nos cuidamos. Nos dijimos que ya iba a pasar. Empezamos a mirarnos distinto, a cuidarnos de otras maneras… El gran deseo que nos mueve es volver a la normalidad, pero nos han dicho que eso no es posible. Que habrá una “nueva normalidad” y que esta no será igual. Que tenemos que adaptarnos a un mundo nuevo que aún no conocemos… Nos dimos cuenta de que nuestro mayor tesoro es el tiempo. Ahora vemos el paso de los años como parte del recorrido de la vida. Reconocemos que los rituales de belleza son con nosotros/as mismos/as. Volvimos a jugar con los colores y a valorar lo simple”. Informe Belleza Post Pandemia
Todo indica que asistimos –sino al final- a una nueva etapa de pandemia de Covid 19 y, si bien hay que sostener y mantener los cuidados- la salida masiva de las restricciones sociales nos abre un nuevo escenario en materia de estética, cuidado personal y estrategias para la salud y la belleza integral.
Pero sin posibilidad de vaticinar cómo será el futuro, está claro cómo afectó la extensión mundial del virus en nuestra cotidianeidad, y que, con mayor o menor impacto, ha dejado huellas profundas.
Quiero apoyarme en algunas estadísticas recogidas de un trabajo científico generado por una compañía global de cosmética, denominado “Belleza Post Pandemia”. Más allá del interés particular que puede tener desde su formulación hasta sus conclusiones, nos pareció interesante compartirlas ya que forma parte de nuestras preocupaciones cotidianas en el afán de comprender los cambios, cómo estos afectan a nuestras pacientes y qué respuesta institucional y personal debemos dar en cada caso para estar a la altura de las necesidades y expectativas. Como conclusión central el informe asegura que “el rumbo de la industria en el mundo cambió para siempre”.
Vamos a concentrarnos en algunos datos para compartir nuestro punto de vista sobre lo que viene en este sentido. Es cierto lo que aseguran las y los profesionales cuando afirman que “las restricciones sociales que hemos enfrentado durante el confinamiento nos privaron de muchas experiencias sensoriales. Por este motivo, las rutinas de autocuidado en el hogar cobraron una nueva importancia. Incluso, un 64% de las mujeres declararon que los productos de belleza las ayudaron a reducir el estrés”.
Aquí intersectan dos aspectos sensibles que los equipos de profesionales que conformamos CKEA hacen permanente hincapié: estética y salud constituyen el anverso y reverso de la misma moneda. De allí que las profesionales debemos convivir con una nueva realidad; nuestros pacientes nos necesitan en nuestros gabinetes o sitios habituales de atención, pero también debemos estar preparadas para acompañarlas desde su domicilio o lugar de trabajo, con asesoramiento, compañía y la provisión de productos necesarios personalizados, como los que se trabaja con la línea CKEA Beauty.
Pero avancemos con los datos.
Según el informe «Belleza Post Pandemia», sólo el 10% de las mujeres utilizan más de cinco productos diarios para el cuidado de la piel, mientras que el 64% de las mujeres no utilizan más de tres. Las complicadas secuencias del cuidado de la piel que utilizan productos monofunción han prevalecido durante la última década, pero hay una nueva tendencia: utilizar menos productos que cumplan múltiples funciones.
También, como consecuencia de la pandemia, el público –varones y mujeres- está más abierto a escuchar consejos de los profesionales, lo cual constituye una buena noticia para quienes ejercemos la profesión con seriedad científica.
Tendencias.
Es interesante advertir cómo se profundizan cambios favorables en el mundo, que tienen su correlato en nuestro y país y ciudades, y que implican, por ejemplo, que dos de cada cinco mujeres de más de 55 años “ya no considera a las arrugas o líneas como un problema”, lo que implica, según entiendo, una elevación del umbral de la utoestima y un fortalecimiento de otros valores que adoptamos ante la mirada de los otros y ante nuestra propia auto representación.
“Con la salud en el centro de atención como nunca antes, la conciencia de la fragilidad de la vida ha indicado un cambio de actitud con respecto al envejecimiento, como una inquietud estética”, subraya un informe marcando una tendencia que se impone como cultura y que define una visión más holística que las mujeres hemos adquirido después de la pandemia.
Otro aspecto del recorte del informe científico que estoy realizando para esta columna tiene que ver con el dato que asegura que “el 81% de las mujeres creen que los ingredientes naturales son más seguros para su piel; por este motivo, las marcas se enfocarán, cada vez más, en conocimientos científicos aplicados para obtener los mejores resultados para ellas”.
Este concepto viene a reafirmar la concepción con la que todas las profesionales trabajamos y a su vez también nos permite recordar que aquél fue uno de nuestros objetivos cuando decidimos mancomunadamente conformar CKEA.
Finalmente, me parece importante destacar un aspecto que se verifica en el mundo entero y que se refleja en nuestro derredor, y que, quizá, por su masividad no advertimos a simple vista pero que es vital para nuestras vidas. Asegura el “Informe postpandemia” que “con el uso de tapabocas en todo el mundo, se vio caer significativamente las ventas de labiales en 2020, y el 67% de las mujeres declararon que la pandemia les permitió adoptar un aspecto más natural. Pero se espera un retorno gradual de los colores vibrantes y el regreso de la alegría y diversión”.
Si bien en este punto se habla puntualmente de un producto para la boca, entendemos que esta consideración se hace extensible a todos los aspectos de la estética y la salud, porque el tiempo post pandemia brinda como resultante característica un resurgimiento de la necesidad de la vida, la libertad, los viajes, el deporte, y todo aquello que tiene que ver con la pulsión a la vida y el auto cuidado. No estoy segura si de la pandemia salimos mejores o peores, pero si estoy convencida que salimos con la necesidad de recuperar la autoestima, los afectos y las ganas de disfrutar, y allí la salud y la estética cumplen un aspecto clave. Porque no es posible tener un cuerpo feliz con el alma comprimida y angustiada. Van de la mano, y de allí que nuestra mirada profesional sobre este tema no puede circunscribirse a los indicadores físicos. Compartimos este aspecto con nuestras pacientes y eso es lo que nos otorga tan alta eficiencia en los tratamientos.
Futuro.
Más allá de estas consideraciones puntuales acerca de un informe de una compañía global de prestigio que nos regala indicadores palmarios acerca de los cambios que se han producido en el mundo de la estética y la salud; es importante destacar que la ciencia y la profesionalidad de los recursos en estas áreas han ganado terreno en la materia, y eso se pone en consonancia con la filosofía de trabajo de nuestro instituto desde su nacimiento.
Las profesionales que integramos CKEA queremos brindar un mensaje de optimismo y esperanza en este tiempo nuestro que se cierne sobre un mundo más vulnerable e incierto.
El cuidado personal debe ser un aspecto clave de la agenda social y personal, y esto se vincula, afortunadamente, con el surgimiento de un nuevo paradigma de mujer y de sociedad, con la imposición de la libertad, el auto respeto y la autonomía que constituyen un reticulado prometedor para el futuro de la relación belleza y sociedad. Una mujer inteligente en estos años del siglo XXI da un marco más equilibrado y transparente a la perspectiva de la salud.
En lo que a nosotras concierne, nos sentimos orgullosas de haber superado este período con la convicción que nuestros valores se mantienen incólumes y vigorosos como el primer día, afianzando el respeto por el cuidado, el cariño y la interrelación honesta e inteligente con nuestros pacientes. De eso se trata. De compartirlo como un tesoro que alimentamos cada día.
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