Dermoscomética vs. Cosmética: todo lo que debes saber

En temas de belleza, hay palabras que escuchas con frecuencia y no terminas de descifrar su significado. O crees hacerlo, sólo para descubrir que estabas equivocada. Así sucede con la dermocosmética. Seguro has escuchado de sus infinitas maravillas y sus casos de éxito, y una sencilla pregunta sigue rondando en tu mente: ¿qué es?

Dermocosmética vs. Cosmética

¿Cuáles son los beneficios?

Si eres fiel a la cosmética, seguro lo has vivido: todo es prueba y error. Tal vez algunos productos cumplan con lo que prometen, tal vez no, y la única forma de descubrirlo es experimentando con tu piel. En el caso de la dermocosmética, las reglas cambian, todos los resultados están científicamente comprobamos así que existen dos principales beneficios: En primer lugar, la eficacia. En segundo, la seguridad.

¿Cómo sé lo que mi piel necesita?

Si no padeces ninguna afección, identificar tus necesidades es más sencillo de lo que creías. Son, en realidad, muy simples y dependen mucho de la edad que tengas. La piel necesita SIEMPRE hidratación, esa es la mayor necesidad de la piel. Y esa hidratación va unida a respetar la función barrera que tiene la piel. Es decir, no se deben poner cosas que dañen la barrera cutánea, como por ejemplo productos con parabenos o fragancias que puedan irritar nuestra piel.

¿Los productos dermocosméticos son para uso diario?

Otra duda muy habitual a la que nos enfrentamos es si incorporar estos productos a tu rutina o usarlos esporádicamente para tratar ciertos problemas conforme se presenten. Tienen que formar parte de la rutina diaria. Igual que lavarte los dientes todos los días después de cada comida, la piel necesita cuidarse por las mañanas y por las noches. Diariamente: limpieza, hidratación y tratamiento.

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